De chiquita, siempre me dijeron que dejara de llorar. Ahora es casi imposible y tal vez lo que ahora escriba no sean más que las palabras que salen de las lágrimas y no desde un estado racional en el que aparentemente me mantengo.
Uno lleva una vida diz que tratando de hacer feliz a los demás y no logra más que lo contrario. Una vida en la que cree que sus papás pueden depositar su confianza siempre y cuando tú se las des a ellos. Una vida simple, relajada y en familia. Las niñas obedientes siempre reciben recompensa. Sí, claro. Toda la vida llevo cumpliendo órdenes, siguiendo consejos, compartiendo lo que hago con ellos para que finalmente me den una patada en lo más profundo y yo finalmente descubra que todo fue una patraña para manipularme y tenerme lo más controlada posible.
Hoy a mis 22 años, descubro que los que yo pensé mis amigos son nada más que unos convenidos actores de paso. Que fingen hacerme caso, quererme y prentenden hacer todas esas cosas que los principio de la amistad verdadera profesa.
Primero con ellos, luego con los otros. ¿Es que acaso no existe gente sincera? ¿O será que soy demasiado ingenua y me creo todo al pie de la letra?
Muy gracioso todo, ¿verdad? La persona que se tilda de la súper conocedora y que no se la hacen así no más ha sido estafada por triple en estas últimas 48 horas.
Lo único que ahora recuerdo fue lo que algún día alguno de los que me refiero en este post (y el cual pensé amigo confesor) me dijo:
Siempre eres tú, que no te importe el resto. Tú antes que todo.
Curioso, ¿no? Que justo me vengan a la mente las palabras de uno por los que ahora continuo en este estado. Anyways...así es la vida, ¿no?
Uno lleva una vida diz que tratando de hacer feliz a los demás y no logra más que lo contrario. Una vida en la que cree que sus papás pueden depositar su confianza siempre y cuando tú se las des a ellos. Una vida simple, relajada y en familia. Las niñas obedientes siempre reciben recompensa. Sí, claro. Toda la vida llevo cumpliendo órdenes, siguiendo consejos, compartiendo lo que hago con ellos para que finalmente me den una patada en lo más profundo y yo finalmente descubra que todo fue una patraña para manipularme y tenerme lo más controlada posible.
Hoy a mis 22 años, descubro que los que yo pensé mis amigos son nada más que unos convenidos actores de paso. Que fingen hacerme caso, quererme y prentenden hacer todas esas cosas que los principio de la amistad verdadera profesa.
Primero con ellos, luego con los otros. ¿Es que acaso no existe gente sincera? ¿O será que soy demasiado ingenua y me creo todo al pie de la letra?
Muy gracioso todo, ¿verdad? La persona que se tilda de la súper conocedora y que no se la hacen así no más ha sido estafada por triple en estas últimas 48 horas.
Lo único que ahora recuerdo fue lo que algún día alguno de los que me refiero en este post (y el cual pensé amigo confesor) me dijo:
Siempre eres tú, que no te importe el resto. Tú antes que todo.
Curioso, ¿no? Que justo me vengan a la mente las palabras de uno por los que ahora continuo en este estado. Anyways...así es la vida, ¿no?
Solo la pongo porque es una de mis películas favoritas y tiene que ver con el título.