Es extraño y gracioso: sonó el teléfono mojado y atendí al llamado.
Si lo hice es porque lo necesitaba y porque sin querer pasó por mi mente la semana pasada la idea de un repeticuá...Hasta parece que lo llamé con la cabeza. Esas cosas del destino no existen, sin embargo creo que cuando lo conocí supe que iba a ser especial. Claro, no sé si es mutuo pero el simple sentimiento de estar así es bonito y ahí sí me gusto.
CALMA! Tiene que parar eso ahí porque las idealizaciones nunca son buenas y al final ya ves lo que pasa. Sin miedo, lento y seguro vamos a ver en qué termina (o en qué comienza).
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