23 septiembre 2012

Strike


La huelga se ha levantado y estoy feliz porque tanto tiempo libre no es bueno para mí. Tengo una tendencia a entrar a la monotonía si alguien más no me arrastra a nuevas aventuras, aunque es cierto que suelo tener varias por cuenta propia sin envolver a mis so called friends.
La huelga ha acabado y no puedo estar más cansada de no hacer nada y tener los días al revés por los episodios de insomnio que  a veces me asaltan.

La huelga ha acabado y mi hígado también lo agradecerá. Está inflamado y no de orgullo, sino que todavía no se recupera del verano pasado y no he sido muy condescendiente con él de enero a este mes. En especial este tiempo sin clases en que los amigos buscan refugio entre sendas botellas y conversaciones sobre nuestro futuro.
La huelga ha acabado y con ella te vas. Te vas y es lo mejor para mí, para ti...para ella. Tal vez sea una tonta por tenerte este cariño que a veces parece no caber dentro de mi cordura. Y que me deja pensando sobre qué es lo que hay dentro de ti. No sé de ti. No sé de nada, solo sé que los recuerdos quedan y los guardo conmigo.
Besos y caricias se quedan impregnados en mi memoria y apelaré a ellos cuando no estés cerca o cuando estés, pero no tengas coraje en venir y yo quede con esa eterna saudade que fica apertando meu coração que no me hace llorar pero me deja un sabor amargo y me hace más cínica con la vida.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Srta. T:

Yo me acuerdo bien cuando llegué a Rio, donde hice mi tercer año del Ensino Médio, equivalente a nuestro quinto de media. Lo que más me sorprendió fue que prácticamente todas las combinaciones posibles de parejas en el salón ya habían sido, en algún momento, "ficantes". Evidentemente, aquellos adolescentes suburbanos ignoraban que todo ese elogio a Baco a destiempo no era más que una consecuencia más o menos necesaria de la globalización. No era apenas futilidad, sino un movimiento generacional incontestable e imparable. Y es algo a lo que, diez años después, todavía no me acostumbro totalmente.

Es verdad que hay diferentes grados de tolerancia a la ambigüedad, diferentes temples delante de la diferencia. Es normal. Pero a mí siempre me llama la atención cómo tú, con menos tiempo aquí, y a pesar de haber venido con más edad, te has, digamos, "aclimatado" con tanta facilidad a esta bella y contradictoria tierra brasilera.

Saludos.

José.

T dijo...

Lo interesante es que interpretas como si lo que escribiera se remitiera a lo que SOLO me ha pasado acá.
Con un poco más de atención (o no tanta en vdd), verás que "mi muso" inspirador y la persona a la q le tengo tanto cariño es uno solo que está lejos, sin embargo en constante contacto conmigo.
En fin, el sin sentido es lo manda en este espacio.

Gracias por leer.

Anónimo dijo...

Srta. T.:

En realidad, yo lo decía más por tus aventuras por los bares cariocas, cuyas crónicas son tan recurrentes en este blog.

No que en Lima no haya bares o discotecas. Pero no me imagino a la pacata sociedad limeña haciendo del Boulevard de Los Olivos un tradicional punto turístico, como las agencias de turismo y los propios organismos de gobierno han hecho de la Lapa.

Pero, sin mucho folklore, Srta. T., todo ese carnaval no es otra cosa que un negocio. No tanto que el carioca sea particularmente liberal, o acogedor.

"Business son business", como acuñó Mónica Adaro en las doradas páginas de la farándula en los años de Montesinos.

Saludos.

José.