24 febrero 2012

tumblr.: Beijo

Estuve unos días sin laptop y no pude actualizar desde mi dispositivo móvil (no voy a decir cuál es porque varias veces me tildaron de "¡ay! qué creída" por decir que tengo un tablet -¡ja!) porque el blogger no tiene esa opción al parecer.

Una noche muy productiva, durante el carnaval, me hizo escribir esto:
Entro en el lugar y lo veo usando un sombrero de esos de paja. Toca música rica de bailar. Cruzamos miradas. Me siento.

Todavía hay muchas mesas alrededor. Muchos obstáculos que pasar. Todo está inmóvil, pero tocando salsa de fondo. Salsa rica de bailar. Como para agarrar a una mujer por la cintura y hacerla tuya al menos en tu cabeza. Se siguen mirando...disimulando que no se ven.

Pide un trago muy “fancy”, mientras él bebe una cerveza. Se cruzan, se rosan. No se hablan. Solo se miran y cruzan miradas fugaces. Y ella se pregunta si valdría la pena y luego de un momento se enamora fugazmente.

Le baila sin que él sepa. Él la ve alejado y tímido. Quiere hablarle y no se atreve. Ella no sabe cómo hacer para acercársele pues es muy mala haciendo eso. Temor al rechazo, supongo. Temor de que todo haya sido parte de su imaginación, de que en todo momento haya estado bailando sola, de que el tipo no la haya ni “pelado” un poquito.

Finalmente, uno al lado del otro y más música animada de fondo. Ella toma la iniciativa y ¡Qué viva México, señores! Un hijo ha llegado a tierras cariocas y se ha adueñado de su corazón…al menos por esa noche. Y bailan y se besan y ojalá esa sensación tan rica de sentirse querida durara.

Hoy no será. Mañana tampoco. Espera en la fila mientras paga la cuenta. Toma un taxi. Mañana es otro día.

Las noches productivas les llegan a muchos. A mí no siempre.

2 comentarios:

José dijo...

Srta. T:

No es tanto el asunto del que escribes acá lo que llama atención. Affaires, en Rio de Janeiro, son tan comunes como las lluvias en Irlanda o los canguros en Australia.

Casi nunca es el asunto. Lo bueno es ver que escribes con regular corrección formal. Es, tomándonos la libertad, como don Manuel González Prada, cuyo vigor estaba mucho más en la forma y el gesto que en el edificio ideológico que intentó levantar.

Y, en estos días hodiernos, es alentador ver que todavía hay gente que escribe con un poco de cordura.

Saludos.

José.

T dijo...

La pregunta sería: ¿hay alguna cosa que llama la atención acá?

So far, 3 seguidores fieles (¡y eso!) no más. Pero como dices, la cosa es que escribo y me gusta hacerlo.

Gracias por darte una vuelta por acá.