24 noviembre 2008

Quand l'amour t'arrive...

Cuando menos los esperas, te llega. El destino es gracioso. O más bien pendejo. Todo un año de tristeza o pseudo-alegrías y cuando uno cree que todo terminará así, llega.

¿Apresurada? Muy probable, pero no me importa. Hay que vivir la vida, después de todo esa es la idea. Tanto sorteos, tantos problemas, tantas vueltas son sólo para distraernos de la verdadera felicidad y alejarnos más de ella y vivir sin una sonrisa a flor de piel.

La verdad es una para mí: mi vida cambia definitivamente. Cambio de ciudad, cambio de costumbres, cambio de aires, cambio de compañía. No reniego de mi pasado, ni menos de todo lo que he aprendido a partir de lo vivido. Pero no considero que ha sido el mejor de los años para mí. Una sonrisa a medias, no natural y hasta a veces hipócrita. La pérdida de amigos, el miedo de averiguar cosas por confirmar, etc.

Ahora sonrío verdaderamente. Mi sonrisa es más natural y tan amplia que no pensé en tenerla así. Tal vez todo no sea rosa, pero quiero verlo así. QUIERO QUE SEA ASÍ. Ya sé de los riesgos, no soy bruta, no soy niña chiquita de cuatro años. Sé lo que he pasado, pero si no pierdo la cabeza no disfruto este estado mental, esta leve estupidez que me deja ser feliz al menos durante los últimos meses del año.

Gracias por la preocupación, gracias por las advertencias, gracias por todo. Pero déjenme sentir aquello que pensé no volver a sentir. Volver a sentirme querida y por primera vez hasta amada.

Nada es seguro en esta vida, ni si quiera tenemos la certeza de cuándo esta se acaba. Entonces, ¿por qué perder esta oportunidad? ¿por qué no dejarme vivir mis cinco días de felicidad en paz?

Tranquilos, ya caí en la cuenta de que no todo es así. La vida no es un sueño, pero me gusta soñar y ya pronto despertaré, sólo dénme 10 minutitos más.


No hay comentarios: