31 agosto 2008

C'est la vie...n'est pas rose

De chiquita, siempre me dijeron que dejara de llorar. Ahora es casi imposible y tal vez lo que ahora escriba no sean más que las palabras que salen de las lágrimas y no desde un estado racional en el que aparentemente me mantengo.

Uno lleva una vida diz que tratando de hacer feliz a los demás y no logra más que lo contrario. Una vida en la que cree que sus papás pueden depositar su confianza siempre y cuando tú se las des a ellos. Una vida simple, relajada y en familia. Las niñas obedientes siempre reciben recompensa. Sí, claro. Toda la vida llevo cumpliendo órdenes, siguiendo consejos, compartiendo lo que hago con ellos para que finalmente me den una patada en lo más profundo y yo finalmente descubra que todo fue una patraña para manipularme y tenerme lo más controlada posible.

Hoy a mis 22 años, descubro que los que yo pensé mis amigos son nada más que unos convenidos actores de paso. Que fingen hacerme caso, quererme y prentenden hacer todas esas cosas que los principio de la amistad verdadera profesa.

Primero con ellos, luego con los otros. ¿Es que acaso no existe gente sincera? ¿O será que soy demasiado ingenua y me creo todo al pie de la letra?

Muy gracioso todo, ¿verdad? La persona que se tilda de la súper conocedora y que no se la hacen así no más ha sido estafada por triple en estas últimas 48 horas.

Lo único que ahora recuerdo fue lo que algún día alguno de los que me refiero en este post (y el cual pensé amigo confesor) me dijo:

Siempre eres tú, que no te importe el resto. Tú antes que todo.

Curioso, ¿no? Que justo me vengan a la mente las palabras de uno por los que ahora continuo en este estado. Anyways...así es la vida, ¿no?


Solo la pongo porque es una de mis películas favoritas y tiene que ver con el título.

27 agosto 2008

En mute, pem

¡Ala! Casi un mes entero en mute y tal como dije iba a estar ocupada. Dicho y hecho la ocupación del tiempo, antes perdido por mis vicios y ociosidades, fue una exageración mayúscula. ¿Por qué? Porque creo que cuando a veces me comprometo a cumplir ciertas cosas, tengo complejo de pulpo y para colmo 'se aprovechan de mi nobleza' pulpil.

Y es que así sucede casi siempre en el Perú. Alguien propone ideas que pueden ser creativas, ingeniosas y factibles para que se lleven a cabo con la ayuda de todos. Todos dan su aprobación con el mayor respaldo, pero a la hora, cuando se trata de ponerlo en práctica, todos Justify Full-incluso el ingenioso creador de la idea- se echa para atrás alegando que no tiene tiempo. En muchos casos también pasa que el creador y propulsor de la novedad es el único que resulta abogar por su idea que cinco segundos antes la mayoría avalaba. Y si la defiende es porque es un soñador empedernido e ingenuo y tiene un poco de complejo de todopoderoso y omnipotente.

¡Qué vaina! O sea, como quién dice...el único ocioso que se rasca la barriga es el que tomará la batuta para inciar el cambio, la idea novedosa. Algo así sentí que me pasaba este mes tan absorbente. Si bien no tenía ninguna obligación con nadie, más sólo conmigo misma y mi conciencia, me chupé prácticamente todo yo sóla con la buena ayuda, intermitente e insuficiente, de algunos pasantes que de pena me ayudaron con detalles.

Como sea, las cosas no salieron, obviamente, tal como lo esperaba. Falta de apoyo (moral y económico), negatividad e intransigencia fueron los principales obstáculos para la maratón que significó la organización de todas estas actividades.

Fácil algún lector que sintió que ayudó me crea mezquina, pero para ser franca así sentí y procuro no ser hipócrita con lo siento o pienso. Al que le cae el guante, que se lo chante.