23 septiembre 2012

Strike


La huelga se ha levantado y estoy feliz porque tanto tiempo libre no es bueno para mí. Tengo una tendencia a entrar a la monotonía si alguien más no me arrastra a nuevas aventuras, aunque es cierto que suelo tener varias por cuenta propia sin envolver a mis so called friends.
La huelga ha acabado y no puedo estar más cansada de no hacer nada y tener los días al revés por los episodios de insomnio que  a veces me asaltan.

La huelga ha acabado y mi hígado también lo agradecerá. Está inflamado y no de orgullo, sino que todavía no se recupera del verano pasado y no he sido muy condescendiente con él de enero a este mes. En especial este tiempo sin clases en que los amigos buscan refugio entre sendas botellas y conversaciones sobre nuestro futuro.
La huelga ha acabado y con ella te vas. Te vas y es lo mejor para mí, para ti...para ella. Tal vez sea una tonta por tenerte este cariño que a veces parece no caber dentro de mi cordura. Y que me deja pensando sobre qué es lo que hay dentro de ti. No sé de ti. No sé de nada, solo sé que los recuerdos quedan y los guardo conmigo.
Besos y caricias se quedan impregnados en mi memoria y apelaré a ellos cuando no estés cerca o cuando estés, pero no tengas coraje en venir y yo quede con esa eterna saudade que fica apertando meu coração que no me hace llorar pero me deja un sabor amargo y me hace más cínica con la vida.