28 agosto 2012

Restraining Order

Uno intenta deshacerse de los vicios que nos hacen mal. Tal vez no siempre de vicios y sí malas costumbres, malas compañías o simplemente "malos" en general. Deshacerse de los malos. No soy muy buena cuando se trata de "desechar personas", pero intento alejarme de las personas que sé que son muy complicadas o que no me traen nada bueno.

En los últimos meses, intenté deshacerme/alejarme de cierto sujeto que me hizo sentir desde el ser más especial sobre el planeta Tierra a ser una total imbécil que solo le puede servir como entretenimiento o compañía cuando tenía sus 5 minutos de pseudo-soledad.

Eliminado de todo contacto (redes sociales, teléfonos e e-mails) por mi propia voluntad, porque me cansé del mismo sonsonete del día siguiente en que pretendía hacerse el fuerte y el que no necesitaba de nadie y estaba conformado en quedarse solo y obladi-oblada, decidí mandarlo a la papelera sin opción a restaurarlo. Y es que esa pseudo-soledad siempre me sonó a que era una forma de disfrazar el verdadero hecho de necesitar aquella persona que obviamente no le daba la atención que quería/necesitaba: la ex.

Así, evite que entrara en contacto por casi un mes, hasta que en un momento de fraqueza (y sueño) atendí a su llamado y como no soy de fierro y mi corazón es muy blandengue, le di el encuentro. En este encuentro me reclamó queriendo saber por qué lo había sacado brutal y definitivamente de mi vida (al menos de esa vida de redes sociales). No merecía explicaciones. No se las di, pero un je ne sais quoi me hizo compadecerme de este sujeto que no merecía más que un restraining order, muy al estilo de las celebridades en Hollywood.

Ya sé, no soy ninguna celebridad (aún), pero creo que tenemos derecho de finalmente tachar personas que no te dan más que dolores de cabeza. Esta segunda oportunidad fue como un free pass para no entrar a la cárcel del Monopolio. Y así, tiramos los dados, pasamos por GO, cobró 200 y, haciéndome una idiota una vez más, surgió el speech de la soledad y la wash and wear.

Actualizando el papo, como dirían por acá, el sujeto volvió con la ex y en consecuencia me borró de la misma forma tal cual yo hiciera hace un tiempo. ¿Mi reacción? Reir y bloquear. Y es que como es tan burocrático y seguramente costoso eso de las restraining orders, mejor me hago de una virtual...al final, nadie más pide teléfonos (aunque tengo bloqueado el suyo), sino pregunta si tienen facebook/twitter/instagram/4square (ese último es el colmo de la invasión a la privacidad voluntaria).
Dudo mucho que este sujeto pase por estos lados. Igual, esto es más un testimonio personal para no recaer en lo mismo. Porque...¿cansa, no?