08 diciembre 2014

Lima

Siempre me he esmerado por desmentir lo fea que es Lima. Es mi ciudad y la quiero, pero esta última visita a ella me dejó con un sabor a desencanto (¿final?) respecto a la imagen que le tengo desde que la conozco.
Es innegable que la recuerdo con mucha nostalgia porque al final fue donde crecí y guardo innúmeras memorias de mi infancia y adolescencia. Lugares y personas, varios que ya no están, siempre asaltan la memoria y me hacen querer ir al terruño de vez en cuando. Olores y hedores que se exageraron a lo largo del tiempo tal vez no me hagan extrañarla mucho, pero sus sabores saben como conquistarme una y otra vez.