24 mayo 2009

El silencio de la no tan inocente

Extraño comunicarme con los que considero cercanos a mí. No me quejo (tanto) de lo que ahora vivo, pero no puedo negar que me es sumamente duro todo esto de vivir por mi cuenta...bueno, a cuenta de mi papá, pero el negocio de vivir bajo mi responsabilidad es algo nuevo y chocante. Creo que el "trauma" viene a los vínculos que se crearon con mi familia los últimos años en los cuales aprendí a quererlos tal y como eran.
Mi mamá se convirtió en mi mejor amiga, mi papá en mi eterno cuidador y protector, mis hermanos en mis cómplices de travesuras y bromas, mi sis (siempre vi en ella a una pequeñita) una suerte de hija-amiga y mi abue, mi guía espiritual. Ahora a la distancia y a la pospuesta de un viaje es cuando me doy cuenta cuánto los extraño, cuánto los amo y cuán difícil será este año respecto a este asunto.
Con tanto en mi cabeza y corazón decidí escribir un mail a mis tan queridos amigos y tal vez las respuestas recibidas son un indicador de cuán cierto era ese cariño que profesaban por mí. Y es que en un mensaje tan cargado de todo, escrito con el corazón abierto, uno espera si quiera una frase como respuesta. Son 3 los que no respondieron y no me sorprende porque los conozco, sin embargo las de aquellos qué sí lo hicieron causaron en mí diferentes reacciones: lágrimas en su mayoría por tanta palabra emotiva, por la nostalgia y esa sensación de no estar presente en eventos que marcan. Las carcajadas que me arrancaron otros mensajes me hacen extrañar aquellas noches sin nada que hacer hablando huevada y media o en el caso de SanFer, las banquitas y almuerzos...en síntesis, ese ambiente en el que me desenvolvía tan naturalmente. Ahora todo es más cauteloso, un actuar precavido me acompaña (casi siempre) y hasta me hacen sentir distinta. Tantas nuevas cosas me hacen desconfiar y no darme a conocer tal y como soy, todo de forma inconsciente.
En este asunto de la no comunicación me pierdo mucho pero tal vez gano un poco más. Como dije, ya lloré en esta ciudad y es probable que no sea la primera vez. Growing Pains. Por otro lado, agradezco el hecho de haber encontrado a gente que merece mi estimación por estar ahí. De lo contrario, creo que todo hubiera sido distinto.
Estoy en casa, mi nueva casa y tengo que aprender a vivir en ella tal y como lo hacía en Lima: naturalmente y siendo yo y nadie más que yo.