18 octubre 2009

Adicciones

Se me ha acusado más de una vez de ser alcohólica, fumadora empedernida y -definitivamente por algunas personas de mente sumamente conservadora- adicta al sexo. Sobre eso tengo que decir:

Sí, me gusta tomar mis tragos. Es cierto que a veces puedo perder el control sobre negarme a una cerveza o un pisco sour. Pero la vida es una sola y a veces "los estímulos sociales" funcionan para animarse o desinhibirse...o en todo caso inhibir esa parte que nos ata a actuar como robots. Me gusta tomar, pero nunca sola porque lo considero un poco deprimente. El acto de tomarse una cerveza junto con una o más personas, yo considero, como un acto natural que forma parte del armar vínculos. Son estas reuniones entre colegas que nos llevan a pensar sobre nuestros futuros, analizar las situaciones que enfrentamos, a "filosofar" sobre los problemas con que nos aborda la vida o simplemente recordar momentos pasados, intentar comprender los porqués de algunos hechos, conocerse con el interlocutor de turno o ponerse al día con un amigo al cual no se ve uno hace mucho y revivir cosas que quedan en nuestras memorias. "Reírse de la vida" como me dijo mi hongo favorito. Si lo que acabo de escribir a muchos les parecen nada más que excusas tontas de una (futura) borracha, pues me les adelanto: Hola, mi nombre es Teresa. Soy alcohólica y no pretendo dejar el trago. ¡Ja!. Como diría Homero Simpson: "¡Babosos!"

El cigarro por su parte, si lo considero un vicio. Sin embargo es intermitente. Comenzó como la combinación "ideal" a mis tragos amargos durante los fríos inviernos limeños. Es interesante ver las asociaciones que uno crea tanto a los aromas como a los sabores. Yo por mi parte, hice una relación más sentimental. Aquel aroma a tabaco y nicotina...me traía tantos recuerdos (gratos y no gratos), pero misteriosamente terminó por poseerme. El hecho de andar con NO FUMADORES, muchas veces me hizo sentir la oveja negra. Pero al final siempre me zurro en lo que la mayoría puede decir. Siempre digo que son contadas las opiniones que me importan y eso que no son siempre lo que quiero oír, pero me importan. Creo que alguna vez, cuando una persona cercana a mí descubrió que tenía el hábito de fumar, pues me dio a entender que YO había decidido hacerlo para sentirme cool. No me quedó otra que reir y no refutarle porque no me gusta corregir a la gente. Es lo que ella piensa/pensaba. Además, quién sabe si mi respuesta frente a tal "burrada" hubiera generado una discusión mayor. No me gusta discutir. Así de fácil. Ahora, este "vicio" es intermitente, pues cuando soy incentivada a parar, así sucede. Actualmente, fumo. Sola, sí...pero estas últimas semanas lo he dejado más a situaciones sociales. Por ende, no lo considero como una adicción y seguramente alguien más dirá que la conclusión recién escrita es otra excusa natural de una persona que es viciosa pero no que se halla como tal.

De la última adicción que se me acusa. Me rio. Porque aquella persona que se refirió a mi como promiscua y ninfómana (jajajaja) es una de esas personas que se considera súper open-minded y que hasta se jacta de a ver vivido en New York e inclusive se considera toda trendy y bla bla bla. Y es más curioso aún que lo diga refiriéndose a mí. A mí que me catalogan casi de monja. Es cierto, llegué a Rio de Janeiro pero no a volverme un culo loco. No es muy mi estilo. Es verdad, "girls just wanna have fun", pero no siempre implica sexo. Cada vez que me acuerdo de tal calificativo hecho refiriéndose a mí...¡me Rio de Janeiro pues!

Ahora. Es cierto, no he admitido nada en su totalidad. Por otra parte este fin de semana me he visto descubierta por mi misma. Al mismo estilo calabazón de Gossip Girl, puedo auto-decirme: SPOTTED! Me proclamo ser una víctima de la computadora. Lo peor es que A SABIENDAS de que tengo una semana recontra jodida, llena de exámenes y de más...me siento a leer una página y a ver 20 capítulos de alguna serie, de revisar mis correos, de husmear a los otros en Facebook, de estar conectada en msn y tomarme la libertad de iniciar teleconferencias con tutti li mundi. Es el colmo. Me reconozco como una adicta a esta cosa, pero no estoy aún en la etapa de querer cambiar lo cual es más triste aún porque...porque es patético y ya.

A ver como me va esta semana. Prometo dar todo de mí para no estar conectada tanto tiempo. Solo lo necesario. Cumplir con mi horario de estudios y ser una niña buena que toma, fuma y que de vez en cuando le gusta divertirse.

07 octubre 2009

Los aparecidos

Me dejó boquiabierta y con los pelitos de punta...no pensé que encontraría una respuesta en mi casilla de entrada. Casi desesperanzada tipié unas líneas sinceras y le di click al Send teniendo la certeza de que iba directamente al tacho. Me equivoqué y me alegra. Sí, es parte de mi vida y siempre lo recuerdo (en 3ra persona porque dudo mucho que algún día se asome por acá)...por eso siempre lo pienso. Lo quiero y quisiera que fuera feliz.

Luego, aquel que representó mi ilusión pasajera también se encontraba perdido en sus problemas y estrés. Me dio mucha pena verlo y no poder tocarlo y abrazarlo y calmarlo. No sé si lo hubiera conseguido, pero hubiera hecho el intento. Claro, es un gran paso el hecho de poder hablar con él cuando quiera...ojalá fuera más a menudo.

Ambos a su estilo me dijeron algo que necesitaba escuchar (o leer). Que era importante y que significaba mucho para ellos. Gracias, lo necesitaba.

No me considero carente en afecto, pero tengo mis 5 mins en los que me creo pobrecita de telenovela a la que todo le pasa y "nadie la quiere y todos la odian" y es ahí cuando necesito unas palabras que me ayuden a convencerme que hay problemas mayores en la vida. Que soy conciente de ellos es un hecho, pero que así nos las damos las que queremos protagonizar novelas algunas veces. Los problemas que uno tiene son mayores que los de nadie. ¡Qué vida tan dura! ¿verdad?

En fin, para muestra un botón. Encontré entre mis papeles una vaina que ahroa la encuentro ridícula, pero a la larga refleja como me sentía en esos momentos...en mis 5 minutos.

Su nombre es Nostalgia y se aparece de vez en cuando y se transfigura en mí.
Parece sonreir, pero no es así.
Bajo esa mirada esperanzada y sonrisa discreta, sólo guarda tristeza y dolor...
Ojalá algún día Nostalgia desaparezca de mí y pueda mostrar mi verdadera mirada y mi verdadera sonrisa.
El grito de Nostalgia es silencioso y por eso nadie sabe cuando está dentro de mí.
¡Nostalgia, vete ya!

Y viene acompañado del dibujito que cuelgo...Muy idiota -y hasta sin sentido- lo encontrarán muchos que me ven y me saben acá en Río de Janeiro. Pero así es pues cuando uno tiene mucho tiempo para pensar y está alejado de casa...supongo.