09 junio 2009

Sexta no bar: Amigos, traigan cerveza.

¡Qué relajo se siente al estudiar acá! No hay esa saturación de actividades sin sentido como cuando hacía facultad en Lima. Recuerdo que en durante toda mi etapa universitaria allá, en la que siempre llamo Lima gris pero siempre jaranera, hubieron días en los que me sentía agobiada.

Estudiar de Lunes a Sábado es el peor castigo que puede existir. Al llegar acá, el cambio de aires se nota a leguas. Clases de Lunes a Viernes y hartos feriados. Por ahí una compañera me dijo, citando un poco a Jô Soares, "hasta el ateo festeja Semana Santa". Y es cierto y cuando cuento esto sé que muchos de mis ex compañeros en Lima me tienen cierta envidia.

Otra cosa curiosa, pero simpática es el grado de confianza con el profesor. Mientras que en Lima -digo Lima porque esa era mi realidad cercana- el profesor de facultad se vale de todos los recursos habidos y por haber -terno, bata blanca en sala de clases, mención de todos sus títulos, masters, PhD y demás- con el fin de dar una imagen de respeto y nivel profesional, en mi facultad se sorprenderían de ver cuán jóvenes son los profesores y cómo hasta llegan a confundirse con los alumnos. Muchos llegan con mochila a costas, jeans, zapatillas y una sonrisa muy brasileña que invita a escuchar la clase.

Sé por algunos miembros del Club que algunos profesores hombres de la tan recordada SanFer, asistían a ciertos huecos para unas chelitas bien heladas luego de clases con algunos "alumnos privilegiados". Bueno pues, acá todo viernes es irse de bar. Beba uno o no, está cordialmente invitado. La idea no es quedar wasted, sino es compartir y armar lazos con la gente de la turma y porque no, la profesora de turno. En este caso, el curso que paga pato es Genética y la profesora encargada de dar las clases, Flávia Lamarão. Muy simpática ella con casi 30 años siempre se nos une cuando vamos a Pascoal (lugar donde se suele ir, salvo en semanas que los exámenes aprieten. o el dinero no afloje, aunque casi nunca hay excusa).

La última vez en el bar fue una crítica constructiva de nuestra parte respecto a las clases de genéticas que por su exceso de texto en las presentaciones, se hacen a veces eternas y llevan al aburrimiento y pérdida de interés en el tema de la clase. Todo en buena onda, Flávia Lamarão aceptó los consejos, tornándose por momentos roja como un camarão.

Ya en Junio, Fiestas Juninhas y un fin de semana largo -que inicia mañana luego de clases- invitan a tomar unas aguas frescas para matar el cansancio y regresar a estudiar con energías para el examen de Histología que se avecina (donde prometo sacar más de 9)...Flávia Lamarão organiza una de estas fiestas que parecen tan divertidas. Ojalá me anime a ir (es decir, ojalá tenga dinero para hacerlo) y si por acaso ocurriera un milagro y mi mami puede venir la siguiente semana, sería genial llevarla a esa fiesta y conociendo a mi 'amá, se robaría el show completamente (cosa que adoro en ella).

Como verán, poco a poco voy entrando en el mood carioca. Creo que es cuestión de encontrar la gente indicada. Y la gente de mi facultad, en especial mi turma, es genial aunque me gasten bromas por ser extranjera (cosa que yo también haría si me viera en su posición).
Parafraseando a uno de mis compañeros: ADOOOOOORO!!!

PS: Hoy estuve escuchando esta canción una y otra vez, así que la posteo. También dejo el video del título. Grupo Ronish de Bolivia (jajajaja siempre odie esa música, pero ahora no sé porque me vino a la mente).