30 octubre 2011

Bar

Manuel es un portugués de 68 años que llegó hace como unos 50 a Vila Isabel. Tiene un hijo carioca da gema, una nuera pernambucana y, por cosas de la vida, el hijo terminó viviendo en Lisboa.

Manuel tiene la piel blanca y lisa, a pesar de su edad. Lo atribuye a su vida sexual que según él es activa. Ama a su mujer. Y dice que se siente afortunado de que una mujer, luego de tantos años, todavía lo aguante porque los hombres son una mierda para aguantar.

Manuel es corredor de inmuebles y parece que ha estado bebiendo ya hace algunas horas. Se detuvo en nuestra mesa luego de que, casi por 10 minutos, parara su carro en medio de un cruce dónde una señora iba a toda velocidad en una calle, pues llenas de bares. Luego que la señora paró en seco y Manuel también, él no hizo más que pararse e intentar hablar desde dentro de su carro y hacerla entender, desde ahí, que ella estaba mal. La señora solo atinó, al igual que los carros atrás de Manuel, a bocinar sin parar durante todo ese tiempo. La mesa al lado de nosotros, comenzó a gritar como para aumentar la bulla.

Manuel estacionó su carro y fue a hablarnos. Se sentó con nosotros y nos invitó unas cervezas y nos dio su tarjeta diciendo que la próxima vez que nos sentemos a tomar, lo llamáramos. Y hablaba lleno de nostalgia y mandaba cada frase inventada de la cual mis amigos se reían (me imagino que por estar ya empilados...yo acaba de llegar).

Dentro de las risas de mis amigos, paré para pensar en lo que decía Manuel y lo observaba atentamente y me acordé de mi abuelo. Me imaginé a Manuel pasando por tantas aventuras y cómo ahora se las contaba a unos extraños que pensaba que conocía y que se interesaban verdaderamente en lo que les decía.

Me levanté de la mesa y me fui a encontrar con mi amigo en el "barcito" del lado, como lo había planeado en un principio. Lo encontré sentado solo. Me puse a conversar con él sobre algunas cosas aleatorias y luego lo invité a que se uniera a mi grupo en el otro bar. No quiso, porque unas "amigas" suyas llegaron y...bueno pues, tenía planes. Así que regresé con mi grupo de amigos y Manuel ya se había ido y en cambio habían cuatro sujetos que no conocía, que luego reconocí como los chicos que estaban en la mesa del lado. Todos parecían estar entre los 25 y 30. Uno llamó mi atención, pero como siempre, alguien más había llamado la atención de él. Todo bien. Finalmente la idea era pasarla bien con mis amigos.

Conforme pasaba la noche y la cerveza se consumía, un sujeto, que luego se enteraría que no soy brasilera medio que comenzó a hacerse el gracioso. Lo ignoré, pero se esforzaba por llamar la atención, así que se la di. Y así comenzamos con Paulo:

Paulo tiene 30 años. Dice ser bailarín, pero es la ocupación que escoge para hacerse el payaso. Y comienza mostrando "su habilidad" en el baile. La verdad es que sufre mucho porque dice que su mujer lo abandonó y lo separó de su hijo que ahora tiene 8 años. Y lo extraña. Y la extraña. Y habla de cómo pasaron las cosas emocionándose. Al darse cuenta que no me conoce, manda un "FODA-SE" que es como en forma de consuelo para aguantarse las lágrimas.

Paulo tiene la barba mal crecida, el pelo corto y espetado. Una argolla negra del lado izquierdo, un tatuaje en la pantorrilla del mismo lado y fuma como chino en quiebra. Apela mucho a su sentido del humor para contar sus cosas, pero su mirada refleja ese sufrimiento que no puede esconder. Y fue eso lo que la flechó. Y es que todos al final nos queremos creer salvadores de almas perdidas, de almas en sufrimiento, de aquellos que se creen perdidos...

Así somos, ¿no?


17 octubre 2011

tun tun tun tuuuun...

Es increíble el efecto que algunas personas pueden dejar conforme pasan por tu vida.

Levantarme luego de una noche loca y conversar la profundidad de las cosas simples, de cómo todo pasó, de las diferencias y conseguir ver a través de su timidez cuán dolido estaba por la pérdida. Y el hecho de pensar que podría serle útil, pensar que podría ayudarlo o por lo menos confortarlo. ¿Ilusa?

Todavía recuerdo que cuando apenas lo vi, supe que iba a ser especial (aunque sea por unos días). Como suele pasar, dudo que haya sido recíproco. ¿Pero qué sería de mí sin mis fantasías mundanas? Ya dije que no estoy buscando un everlasting love, pero ese me dio una palpitada que casi casi me lleva lejos del suelo.

"N" dejó huella y desde la semana pasada pienso en aquello y me acuerdo perfectamente esa tarde y tal vez la noche no tanto, pero el día...¡Ah, el día!

Y luego...¡Ah, ese día! Nossa, hein!

Y me pregunto si él alguna vez considero...

"Amour, amour...A quoi ça sert l'amour".

¡Bah! Deixa pra lá. Total. Ya fue ¿no?

16 octubre 2011

And She Will Be Loved...

Todavía no se sabe por quién. Todavía no se sabe cuándo. Y ella ni se las huele, de hecho.
Ese sentimiento de incertidumbre no le perturba ya hace un tiempo. Es como si su corazón se hubiera convertido en adamantium y ahora es indestructible y pesado y además tiene regeneración celular, cosa que las heridas se curan rápidamente. ¿Wolverinette?

A veces se asusta, pero igual sigue con su vida. Ha decidido que será una "loner" porque no encaja donde está y los "so called friends" no hacen más que decepcionarla y ya no quiere saber de amistades fútiles, ni palabras vacías que se dicen un día y desaparecen al otro.

"Te Amo"

¡Cómo esas palabras está tan desvirtuadas por estos lares! Un día se dice, al otro se olvida. Yo no la digo más. No la diré hasta cuando esté 100% segura y sepa que realmente merece ser dicha.

Y piensa y no duerme. Y quiere llorar y no puede. Está seca. Está marchita. Está...no sé. Pero no está bien.

10 octubre 2011

No volveré

Cuando lejos te encuentres de mí
Cuando quieras que este yo contigo
No hallaras un recuerdo de mí
Ni tendrás mas amores conmigo
Te lo juro que no volveré
Aunque me haga pedazos la vida
Si una vez con locura te amé
Ya de mi alma estarás despedido

No volveré
Te lo juro por Dios que me mira
Te lo digo llorando de rabia
No volveré
No pararé
Hasta ver que mi llanto ha formado
Un arroyo de olvido anegado
Donde yo tu recuredo ahogaré

Fuimos nubes que el viento aparto
Fuimos piedras que siempre chocamos
Gotas de aqua que el sol reseco
Borracheras que no terminamos
En el tren de la ausencia me voy
Mi boleto no tiene regreso
Y lo que tengas de mí te lo doy
Pero no te devuelvo tus besos

Nota: hago mías estas palabras en voz de Chavela Vargas.

01 octubre 2011

Tanto faz

Nadie me quita lo baila'o. Intenté, pero estaba en visible desventaja.

Igual uno por otro, no? No hay mucha diferencia (mentira, sí la hay...pero a veces me gusta creer lo contrario).

Divago y divago y "go with the flow" siempre. Al final, estas vainas no se repetirán nunca más.