08 diciembre 2014

Lima

Siempre me he esmerado por desmentir lo fea que es Lima. Es mi ciudad y la quiero, pero esta última visita a ella me dejó con un sabor a desencanto (¿final?) respecto a la imagen que le tengo desde que la conozco.
Es innegable que la recuerdo con mucha nostalgia porque al final fue donde crecí y guardo innúmeras memorias de mi infancia y adolescencia. Lugares y personas, varios que ya no están, siempre asaltan la memoria y me hacen querer ir al terruño de vez en cuando. Olores y hedores que se exageraron a lo largo del tiempo tal vez no me hagan extrañarla mucho, pero sus sabores saben como conquistarme una y otra vez.

2 comentarios:

Cesar dijo...

Hola Terecita, recién volviendo a mis orígenes, no veía mi blog en años, hoy te recordé y recordé tu blog, así que decidí buscarlo y leerlo nuevamente. Siempre es bueno hacerlo, te transporta y te hace recordar tiempo felices y a veces tristes, pero así es la vida una mescolanza de ambas cosas.

Leí también lo que escribía y me di cuenta que nunca debí dejar de hacerlo, espero volver a publicar algo de mi experiencia de vida porque las memoria de un desmemoriado nunca quedan olvidadas.

Atendí lo que escribiste y déjame decirte que tiene mucho de cierto. Cuando uno está fuera por mucho tiempo y vive nuevas experiencias al regresar te das cuenta de todas la imperfecciones que pudo haber tenido el antiguo lugar donde vivimos, la suciedad, el caos yla inseguridad, características que antes no nos dábamos cuenta o no queríamos darnos cuenta porque pensábamos que eran parte de la cotidianidad.

Llego a lima de vez en cuando (cada vez menos) y me percato de muchas de estas cosas, muchas veces reniego de esto pero bueno al final terminas entendiéndolo, no sin antes hacerme la idea de que en los tiempos aquellos fue diferente, pasando a una nostalgia y una añoranza a que regresen los buenos momentos claro está tratando de mezclar los buenos momentos actuales.

Lima es bonita, como dicen solo tienes que mirarla con paciencia. Acá crecimos, estudiamos, nos enamoramos, rompimos, nos alegramos, nos entristecimos y soñamos. No nos queda de otra, solo esperar que el paso de los años no borre las memorias de alegría que se pudo obtener especialmente con la compañía de buenos amigos y amigas. Las memorias de un desmemoriado no serán olvidadas siempre y cuando nos recordemos el uno del otro.

Un beso enorme.

saludos

YO no se escribir dijo...

Holi